viernes, 20 de abril de 2012

El precio de lo libres que somos

Hacerse cargo de este deshacerse
de los buenos modales y los prejuicios
entender que no en vano el mundo
que mejor vivo que enterrado
y hundir el cuerpo en el agua fría
helada
de este río de gente en el que andamos

si pienso porque pienso, si digo
porque no hago lo que pensaba
la cosa entonces sería
nomás
aceptar que lo que digo se piensa
y no desesperar por las palabras,
ellas saben cuidarse solas
jamás se lastiman con sus propias letras filosas

tal vez no tenga nada para decir
y esto sólo sea un pataleo inútil
tanta explosión de hambre y encadenamientos
torturas, ablaciones, delaciones, massesinatos,
toda la cultura del bombardeo, del maltrato
pero
sigue habiendo luces que me encandilen
y dejen secos los plantines del mañana
sigue desvelándome el mismo sueño abstracto
y quisiera salir pero no puedo,
tan adentro como estamos en el ahí-fuera.